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Want to know what the Bible says about Proverbs ? Here are 40 Bible verses about Proverbs from the Old and New Testaments of the Holy Bible, Reina Valera Antigua (RVA), sorted from the most relevant to the least relevant.

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Proverbios 31:10 RVA
Mujer fuerte, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepuja largamente á la de piedras preciosas.
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Proverbios 16:1-7 RVA
16 DEL hombre son las disposiciones del corazón: Mas de Jehová la respuesta de la lengua.
2 Todos los caminos del hombre son limpios en su opinión: Mas Jehová pesa los espíritus.
3 Encomienda á Jehová tus obras, Y tus pensamientos serán afirmados.
4 Todas las cosas ha hecho Jehová por sí mismo, Y aun al impío para el día malo.
5 Abominación es á Jehová todo altivo de corazón: Aunque esté mano sobre mano, no será reputado inocente.
6 Con misericordia y verdad se corrige el pecado: Y con el temor de Jehová se apartan del mal los hombres.
7 Cuando los caminos del hombre son agradables á Jehová, Aun á sus enemigos pacificará con él.
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Proverbios 7:1-27 RVA
7 HIJO mío, guarda mis razones, Y encierra contigo mis mandamientos.
2 Guarda mis mandamientos, y vivirás; Y mi ley como las niñas de tus ojos.
3 Lígalos á tus dedos; Escríbelos en la tabla de tu corazón.
4 Di á la sabiduría: Tú eres mi hermana; Y á la inteligencia llama parienta:
5 Para que te guarden de la mujer ajena, Y de la extraña que ablanda sus palabras.
6 Porque mirando yo por la ventana de mi casa, Por mi celosía,
7 Vi entre los simples, Consideré entre los jóvenes, Un mancebo falto de entendimiento,
8 El cual pasaba por la calle, junto á la esquina de aquella, E iba camino de su casa,
9 A la tarde del día, ya que oscurecía, En la oscuridad y tiniebla de la noche.
10 Y he aquí, una mujer que le sale al encuentro Con atavío de ramera, astuta de corazón,
11 Alborotadora y rencillosa, Sus pies no pueden estar en casa;
12 Unas veces de fuera, ó bien por las plazas, Acechando por todas las esquinas.
13 Y traba de él, y bésalo; Desvergonzó su rostro, y díjole:
14 Sacrificios de paz había prometido, Hoy he pagado mis votos;
15 Por tanto he salido á encontrarte, Buscando diligentemente tu rostro, y te he hallado.
16 Con paramentos he ataviado mi cama, Recamados con cordoncillo de Egipto.
17 He sahumado mi cámara Con mirra, áloes, y cinamomo.
18 Ven, embriaguémonos de amores hasta la mañana; Alegrémonos en amores.
19 Porque el marido no está en casa, Hase ido á un largo viaje:
20 El saco de dinero llevó en su mano; El día señalado volverá á su casa.
21 Rindiólo con la mucha suavidad de sus palabras, Obligóle con la blandura de sus labios.
22 Vase en pos de ella luego, Como va el buey al degolladero, Y como el loco á las prisiones para ser castigado;
23 Como el ave que se apresura al lazo, Y no sabe que es contra su vida, Hasta que la saeta traspasó su hígado.
24 Ahora pues, hijos, oidme, Y estad atentos á las razones de mi boca.
25 No se aparte á sus caminos tu corazón; No yerres en sus veredas.
26 Porque á muchos ha hecho caer heridos; Y aun los más fuertes han sido muertos por ella.
27 Caminos del sepulcro son su casa, Que descienden á las cámaras de la muerte.
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Proverbios 20:1-30 RVA
20 EL vino es escarnecedor, la cerveza alborotadora; Y cualquiera que por ello errare, no será sabio.
2 Como bramido de cachorro de león es el terror del rey: El que lo hace enfurecerse, peca contra su alma.
3 Honra es del hombre dejarse de contienda: Mas todo insensato se envolverá en ella.
4 El perezoso no ara á causa del invierno; Pedirá pues en la siega, y no hallará.
5 Como aguas profundas es el consejo en el corazón del hombre: Mas el hombre entendido lo alcanzará.
6 Muchos hombres publican cada uno su liberalidad: Mas hombre de verdad, ¿quién lo hallará?
7 El justo que camina en su integridad, Bienaventurados serán sus hijos después de él.
8 El rey que se sienta en el trono de juicio, Con su mirar disipa todo mal.
9 ¿Quién podrá decir: Yo he limpiado mi corazón, Limpio estoy de mi pecado?
10 Doble pesa y doble medida, Abominación son á Jehová ambas cosas.
11 Aun el muchacho es conocido por sus hechos, Si su obra fuere limpia y recta.
12 El oído que oye, y el ojo que ve, Ambas cosas ha igualmente hecho Jehová.
13 No ames el sueño, porque no te empobrezcas; Abre tus ojos, y te hartarás de pan.
14 El que compra dice: Malo es, malo es: Mas en apartándose, se alaba.
15 Hay oro y multitud de piedras preciosas: Mas los labios sabios son vaso precioso.
16 Quítale su ropa al que salió por fiador del extraño; Y tómale prenda al que fía la extraña.
17 Sabroso es al hombre el pan de mentira; Mas después su boca será llena de cascajo.
18 Los pensamientos con el consejo se ordenan: Y con industria se hace la guerra.
19 El que descubre el secreto, en chismes anda: No te entrometas, pues, con el que lisonjea con sus labios.
20 El que maldice á su padre ó á su madre, Su lámpara será apagada en oscuridad tenebrosa.
21 La herencia adquirida de priesa al principio, Aun su postrimería no será bendita.
22 No digas, yo me vengaré; Espera á Jehová, y él te salvará.
23 Abominación son á Jehová las pesas dobles; Y el peso falso no es bueno.
24 De Jehová son los pasos del hombre: ¿Cómo pues entenderá el hombre su camino?
25 Lazo es al hombre el devorar lo santo, Y andar pesquisando después de los votos.
26 El rey sabio esparce los impíos. Y sobre ellos hace tornar la rueda.
27 Candela de Jehová es el alma del hombre, Que escudriña lo secreto del vientre.
28 Misericordia y verdad guardan al rey; Y con clemencia sustenta su trono.
29 La gloria de los jóvenes es su fortaleza, Y la hermosura de los viejos la vejez.
30 Las señales de las heridas son medicina para lo malo: Y las llagas llegan á lo más secreto del vientre.
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Proverbios 31:1-31 RVA
31 PALABRAS del rey Lemuel; la profecía con que le enseñó su madre.
2 ¿Qué, hijo mío? ¿y qué, hijo de mi vientre? ¿Y qué, hijo de mis deseos?
3 No des á las mujeres tu fuerza, Ni tus caminos á lo que es para destruir los reyes.
4 No es de los reyes, oh Lemuel, no es de los reyes beber vino, Ni de los príncipes la cerveza.
5 No sea que bebiendo olviden la ley, Y perviertan el derecho de todos los hijos afligidos.
6 Dad la cerveza al desfallecido, Y el vino á los de amargo ánimo:
7 Beban, y olvídense de su necesidad, Y de su miseria no más se acuerden.
8 Abre tu boca por el mudo, En el juicio de todos los hijos de muerte.
9 Abre tu boca, juzga justicia, Y el derecho del pobre y del menesteroso.
10 Mujer fuerte, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepuja largamente á la de piedras preciosas.
11 El corazón de su marido está en ella confiado, Y no tendrá necesidad de despojo.
12 Darále ella bien y no mal, Todos los días de su vida.
13 Buscó lana y lino, Y con voluntad labró de sus manos.
14 Fué como navío de mercader: Trae su pan de lejos.
15 Levantóse aun de noche, Y dió comida á su familia, Y ración á sus criadas.
16 Consideró la heredad, y compróla; Y plantó viña del fruto de sus manos.
17 Ciñó sus lomos de fortaleza, Y esforzó sus brazos.
18 Gustó que era buena su granjería: Su candela no se apagó de noche.
19 Aplicó sus manos al huso, Y sus manos tomaron la rueca.
20 Alargó su mano al pobre, Y extendió sus manos al menesteroso.
21 No tendrá temor de la nieve por su familia, Porque toda su familia está vestida de ropas dobles.
22 Ella se hizo tapices; De lino fino y púrpura es su vestido.
23 Conocido es su marido en las puertas, Cuando se sienta con los ancianos de la tierra.
24 Hizo telas, y vendió; Y dió cintas al mercader.
25 Fortaleza y honor son su vestidura; Y en el día postrero reirá.
26 Abrió su boca con sabiduría: Y la ley de clemencia está en su lengua.
27 Considera los caminos de su casa, Y no come el pan de balde.
28 Levantáronse sus hijos, y llamáronla bienaventurada; Y su marido también la alabó.
29 Muchas mujeres hicieron el bien; Mas tú las sobrepujaste á todas.
30 Engañosa es la gracia, y vana la hermosura: La mujer que teme á Jehová, ésa será alabada.
31 Dadle el fruto de sus manos, Y alábenla en las puertas sus hechos.
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Proverbios 30:1-33 RVA
30 PALABRAS de Agur, hijo de Jachê: La profecía que dijo el varón á Ithiel, á Ithiel y á Ucal.
2 Ciertamente más rudo soy yo que ninguno, Ni tengo entendimiento de hombre.
3 Yo ni aprendí sabiduría, Ni conozco la ciencia del Santo.
4 ¿Quién subió al cielo, y descendió? ¿Quién encerró los vientos en sus puños? ¿Quién ató las aguas en un paño? ¿Quién afirmó todos los términos de la tierra? ¿Cuál es su nombre, y el nombre de su hijo, si sabes?
5 Toda palabra de Dios es limpia: Es escudo á los que en él esperan.
6 No añadas á sus palabras, porque no te reprenda, Y seas hallado mentiroso.
7 Dos cosas te he demandado; No me las niegues antes que muera.
8 Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí. No me des pobreza ni riquezas; Manténme del pan que he menester;
9 No sea que me harte, y te niegue, y diga, ¿Quién es Jehová? O no sea que siendo pobre, hurte, Y blasfeme el nombre de mi Dios.
10 No acuses al siervo ante su señor, Porque no te maldiga, y peques.
11 Hay generación que maldice á su padre, Y á su madre no bendice.
12 Hay generación limpia en su opinión, Si bien no se ha limpiado su inmundicia.
13 Hay generación cuyos ojos son altivos, Y cuyos párpados son alzados.
14 Hay generación cuyos dientes son espadas, y sus muelas cuchillos, Para devorar á los pobres de la tierra, y de entre los hombres á los menesterosos.
15 La sanguijuela tiene dos hijas que se llaman, Trae, trae. Tres cosas hay que nunca se hartan; Aun la cuarta nunca dice, Basta:
16 El sepulcro, y la matriz estéril, La tierra no harta de aguas, Y el fuego que jamás dice, Basta.
17 El ojo que escarnece á su padre, Y menosprecia la enseñanza de la madre, Los cuervos lo saquen de la arroyada, Y tráguenlo los hijos del águila.
18 Tres cosas me son ocultas; Aun tampoco sé la cuarta:
19 El rastro del águila en el aire; El rastro de la culebra sobre la peña; El rastro de la nave en medio de la mar; Y el rastro del hombre en la moza.
20 Tal es el rastro de la mujer adúltera: Come, y limpia su boca, Y dice: No he hecho maldad.
21 Por tres cosas se alborota la tierra, Y la cuarta no puede sufrir:
22 Por el siervo cuando reinare; Y por el necio cuando se hartare de pan;
23 Por la aborrecida cuando se casare; Y por la sierva cuando heredare á su señora.
24 Cuatro cosas son de las más pequeñas de la tierra, Y las mismas son más sabias que los sabios:
25 Las hormigas, pueblo no fuerte, Y en el verano preparan su comida;
26 Los conejos, pueblo nada esforzado, Y ponen su casa en la piedra;
27 Las langostas, no tienen rey, Y salen todas acuadrilladas;
28 La araña, ase con las manos, Y está en palacios de rey.
29 Tres cosas hay de hermoso andar, Y la cuarta pasea muy bien:
30 El león, fuerte entre todos los animales, Que no torna atrás por nadie;
31 El lebrel ceñido de lomos; asimismo el macho cabrío; Y un rey contra el cual ninguno se levanta.
32 Si caiste, fué porque te enalteciste; Y si mal pensaste, Pon el dedo sobre la boca.
33 Ciertamente el que exprime la leche, sacará manteca; Y el que recio se suena las narices, sacará sangre: Y el que provoca la ira, causará contienda.
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Proverbios 24:1-34 RVA
24 NO tengas envidia de los hombres malos, Ni desees estar con ellos:
2 Porque su corazón piensa en robar, E iniquidad hablan sus labios.
3 Con sabiduría se edificará la casa, Y con prudencia se afirmará;
4 Y con ciencia se henchirán las cámaras De todo bien preciado y agradable.
5 El hombre sabio es fuerte; Y de pujante vigor el hombre docto.
6 Porque con ingenio harás la guerra: Y la salud está en la multitud de consejeros.
7 Alta está para el insensato la sabiduría: En la puerta no abrirá él su boca.
8 Al que piensa mal hacer Le llamarán hombre de malos pensamientos.
9 El pensamiento del necio es pecado: Y abominación á los hombres el escarnecedor.
10 Si fueres flojo en el día de trabajo, Tu fuerza será reducida.
11 Si dejares de librar los que son tomados para la muerte, Y los que son llevados al degolladero;
12 Si dijeres: Ciertamente no lo supimos; ¿No lo entenderá el que pesa los corazones? El que mira por tu alma, él lo conocerá, Y dará al hombre según sus obras.
13 Come, hijo mío, de la miel, porque es buena, Y del panal dulce á tu paladar:
14 Tal será el conocimiento de la sabiduría á tu alma: Si la hallares tendrá recompensa, Y al fin tu esperanza no será cortada.
15 Oh impío, no aceches la tienda del justo, No saquees su cámara;
16 Porque siete veces cae el justo, y se torna á levantar; Mas los impíos caerán en el mal.
17 Cuando cayere tu enemigo, no te huelgues; Y cuando tropezare, no se alegre tu corazón:
18 Porque Jehová no lo mire, y le desagrade, Y aparte de sobre él su enojo.
19 No te entrometas con los malignos, Ni tengas envidia de los impíos;
20 Porque para el malo no habrá buen fin, Y la candela de los impíos será apagada.
21 Teme á Jehová, hijo mío, y al rey; No te entrometas con los veleidosos:
22 Porque su quebrantamiento se levantará de repente; Y el quebrantamiento de ambos, ¿quién lo comprende?
23 También estas cosas pertenecen á los sabios. Tener respeto á personas en el juicio no es bueno.
24 El que dijere al malo, Justo eres, Los pueblos lo maldecirán, y le detestarán las naciones:
25 Mas los que lo reprenden, serán agradables, Y sobre ellos vendrá bendición de bien.
26 Besados serán los labios Del que responde palabras rectas.
27 Apresta tu obra de afuera, Y disponla en tu heredad; Y después edificarás tu casa.
28 No seas sin causa testigo contra tu prójimo; Y no lisonjees con tus labios.
29 No digas: Como me hizo, así le haré; Daré el pago al hombre según su obra.
30 Pasé junto á la heredad del hombre perezoso, Y junto á la viña del hombre falto de entendimiento;
31 Y he aquí que por toda ella habían ya crecido espinas, Ortigas habían ya cubierto su haz, Y su cerca de piedra estaba ya destruída.
32 Y yo miré, y púse lo en mi corazón: Vi lo, y tomé consejo.
33 Un poco de sueño, cabeceando otro poco, Poniendo mano sobre mano otro poco para dormir;
34 Así vendrá como caminante tu necesidad, Y tu pobreza como hombre de escudo.
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Proverbios 3:1-35 RVA
3 HIJO mío, no te olvides de mi ley; Y tu corazón guarde mis mandamientos:
2 Porque largura de días, y años de vida Y paz te aumentarán.
3 Misericordia y verdad no te desamparen; Atalas á tu cuello, Escríbelas en la tabla de tu corazón:
4 Y hallarás gracia y buena opinión En los ojos de Dios y de los hombres.
5 Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no estribes en tu prudencia.
6 Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas.
7 No seas sabio en tu opinión: Teme á Jehová, y apártate del mal;
8 Porque será medicina á tu ombligo, Y tuétano á tus huesos.
9 Honra á Jehová de tu sustancia, Y de las primicias de todos tus frutos;
10 Y serán llenas tus trojes con abundancia, Y tus lagares rebosarán de mosto.
11 No deseches, hijo mío, el castigo de Jehová; Ni te fatigues de su corrección:
12 Porque al que ama castiga, Como el padre al hijo á quien quiere.
13 Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría, Y que obtiene la inteligencia:
14 Porque su mercadería es mejor que la mercadería de la plata, Y sus frutos más que el oro fino.
15 Más preciosa es que las piedras preciosas; Y todo lo que puedes desear, no se puede comparar á ella.
16 Largura de días está en su mano derecha; En su izquierda riquezas y honra.
17 Sus caminos son caminos deleitosos, Y todas sus veredas paz.
18 Ella es árbol de vida á los que de ella asen: Y bienaventurados son los que la mantienen.
19 Jehová con sabiduría fundó la tierra; Afirmó los cielos con inteligencia.
20 Con su ciencia se partieron los abismos, Y destilan el rocío los cielos.
21 Hijo mío, no se aparten estas cosas de tus ojos; Guarda la ley y el consejo;
22 Y serán vida á tu alma, Y gracia á tu cuello.
23 Entonces andarás por tu camino confiadamente, Y tu pie no tropezará.
24 Cuando te acostares, no tendrás temor; Antes te acostarás, y tu sueño será suave.
25 No tendrás temor de pavor repentino, Ni de la ruina de los impíos cuando viniere:
26 Porque Jehová será tu confianza, Y él preservará tu pie de ser preso.
27 No detengas el bien de sus dueños, Cuando tuvieres poder para hacerlo.
28 No digas á tu prójimo: Ve, y vuelve, Y mañana te daré; Cuando tienes contigo qué darle.
29 No intentes mal contra tu prójimo, Estando él confiado de ti.
30 No pleitees con alguno sin razón, Si él no te ha hecho agravio.
31 No envidies al hombre injusto, Ni escojas alguno de sus caminos.
32 Porque el perverso es abominado de Jehová: Mas su secreto es con los rectos.
33 La maldición de Jehová está en la casa del impío; Mas él bendecirá la morada de los justos.
34 Ciertamente él escarnecerá á los escarnecedores, Y á los humildes dará gracia.
35 Los sabios heredarán honra: Mas los necios sostendrán ignominia.
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Proverbios 23:1-35 RVA
23 CUANDO te sentares á comer con algún señor, Considera bien lo que estuviere delante de ti;
2 Y pon cuchillo á tu garganta, Si tienes gran apetito.
3 No codicies sus manjares delicados, Porque es pan engañoso
4 No trabajes por ser rico; Pon coto á tu prudencia.
5 ¿Has de poner tus ojos en las riquezas, siendo ningunas? Porque hacerse han alas, Como alas de águila, y volarán al cielo.
6 No comas pan de hombre de mal ojo, Ni codicies sus manjares:
7 Porque cual es su pensamiento en su alma, tal es él. Come y bebe, te dirá; Mas su corazón no está contigo.
8 Vomitarás la parte que tú comiste, Y perderás tus suaves palabras.
9 No hables á oídos del necio; Porque menospreciará la prudencia de tus razones.
10 No traspases el término antiguo, Ni entres en la heredad de los huérfanos:
11 Porque el defensor de ellos es el Fuerte, El cual juzgará la causa de ellos contra ti.
12 Aplica tu corazón á la enseñanza, Y tus oídos á las palabras de sabiduría.
13 No rehuses la corrección del muchacho: Porque si lo hirieres con vara, no morirá.
14 Tú lo herirás con vara, Y librarás su alma del infierno.
15 Hijo mío, si tu corazón fuere sabio, También á mí se me alegrará el corazón;
16 Mis entrañas también se alegrarán, Cuando tus labios hablaren cosas rectas.
17 No tenga tu corazón envidia de los pecadores, Antes persevera en el temor de Jehová todo tiempo:
18 Porque ciertamente hay fin, Y tu esperanza no será cortada.
19 Oye tú, hijo mío, y sé sabio, Y endereza tu corazón al camino.
20 No estés con los bebedores de vino, Ni con los comedores de carne:
21 Porque el bebedor y el comilón empobrecerán: Y el sueño hará vestir vestidos rotos.
22 Oye á tu padre, á aquel que te engendró; Y cuando tu madre envejeciere, no la menosprecies.
23 Compra la verdad, y no la vendas; La sabiduría, la enseñanza, y la inteligencia.
24 Mucho se alegrará el padre del justo: Y el que engendró sabio se gozará con él.
25 Alégrense tu padre y tu madre, Y gócese la que te engendró.
26 Dame, hijo mío, tu corazón, Y miren tus ojos por mis caminos.
27 Porque sima profunda es la ramera, Y pozo angosto la extraña.
28 También ella, como robador, acecha, Y multiplica entre los hombres los prevaricadores.
29 ¿Para quién será el ay? ¿para quién el ay? ¿para quién las rencillas? ¿Para quién las quejas? ¿para quién las heridas en balde? ¿Para quién lo amoratado de los ojos?
30 Para los que se detienen mucho en el vino, Para los que van buscando la mistura.
31 No mires al vino cuando rojea, Cuando resplandece su color en el vaso: Entrase suavemente;
32 Mas al fin como serpiente morderá, Y como basilisco dará dolor:
33 Tus ojos mirarán las extrañas, Y tu corazón hablará perversidades.
34 Y serás como el que yace en medio de la mar, O como el que está en la punta de un mastelero.
35 Y dirás: Hiriéronme, mas no me dolió; Azotáronme, mas no lo sentí; Cuando despertare, aun lo tornaré á buscar.
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